Aunque tiene muchas y variadas aplicaciones, el auge de los NFT comienza en marzo de 2021, cuando el artista digital conocido como Beeple (alias de Mike Winkelmann) vendió su obra “Todos los días: los primeros 5000 días” por 69 millones de dólares, en una subasta celebrada en Christie’s.
Un token no fungible o NFT ( non-fungible token) es un tipo especial de token criptográfico, único, indivisible y transferible. Este tipo de token se puede almacenar gracias a la tecnología blockchain; los smart contracts permiten certificar la originalidad del activo y su propiedad y abren la posibilidad de comercializarlo.
Los NFT se crean en plataformas como OpenSea o Mintable. Simplemente, el artista sube el archivo digital y crea un smart contract asociado a él. En estas plataformas aparecen listados los NFT a los que acceden los compradores. Para comprar un NFT es necesario poseer una cuenta con criptomonedas, desde la que se realiza la transferencia al creador y se traspasa la propiedad.
Los NFT adquiridos se guardan en una Wallet o monedero digital; desde la wallet podemos comerciar con nuestro NFT. Las más utilizadas son Metamask, Enjin, Math Wallet, Trust Wallet o Alpha Wallet.
Los NFT están teniendo un tremendo impacto en el mundo del arte. Gracias a ellos, se abren nuevas posibilidades para el arte digital, que ahora puede considerarse como parte de una colección, como una inversión o como un bien con el que comercializar al tener asegurada su originalidad y su valor. Además, los artistas digitales pueden ahora conectar directamente con los coleccionistas y aumentar así los ingresos por las ventas de sus obras.
La principal ventaja de los NFT es su fiabilidad. La tecnología blockchain permite conocer la procedencia completa de la obra y los detalles de los derechos de autor, así como de incluir información adicional que siempre será parte del código y, por tanto, inseparable de la obra. Esto impide las falsificaciones y el robo de las obras, y permite a los artistas ser compensados con mayor seguridad.
Sus desventajas se relacionan, sobre todo, con su intangibilidad. Son obras de arte alojadas en una red de ordenadores y, en esencia, no pueden considerarse como un objeto en sí. Además, aumenta la preocupación creciente por la cantidad de energía que consume el procesamiento de los activos digitales y el impacto que puede tener sobre el cambio climático.
Aunque el Mercado del arte es el que más uso está haciendo de los NFT, lo cierto es que hay muchos sectores apostando por esta tecnología: desde colecciones de cromos digitales a videojuegos o cine.
La blockchain permite a los músicos publicar su trabajo como NFT y así monetizarlo. Durante la pandemia ha salvado los ingresos de muchos. Deportistas famosos usan NFT para obtener más ingresos por su imagen. Nike ha patentado CryptoKicks, que permite adjuntar un NFT a un par de zapatillas.